A lo largo de la vida, las decisiones trascendentales, como el divorcio o la separación, tejen cambios profundos que no se limitan al ámbito emocional. Sorprendentemente, uno de los terrenos menos explorados es la intersección entre divorcio. Hay gente que piensa que si se ha acogido a la Ley de Segunda Oportunidad y se separa, perderá beneficios, mientras que otros opinan que no puedes iniciar un proceso de divorcio si te estás beneficiando de esta ley.
Lo cierto es que, aunque ninguno de los supuestos anteriores es cierto, divorciarse mientras estás acogido a la Ley de Segunda Oportunidad implica una serie de factores que deben tenerse en cuenta. En este artículo veremos cómo se tratan las deudas en caso de divorcio, qué pasa en el caso de que hablemos de bienes gananciales o de separación de bienes y de qué manera puede la Ley de Segunda Oportunidad afectar a cada uno de los miembros que forman parte del matrimonio.
¿Qué es la ley de Segunda Oportunidad?
Lo primero que debemos tener claro es qué significado tiene esta ley. La Ley de Segunda Oportunidad busca ofrecer a los individuos una oportunidad de empezar de nuevo, especialmente en términos financieros, al permitir la cancelación de las deudas que no pueden ser pagadas. Esta ley está diseñada para proporcionar un alivio a personas físicas que se encuentran en una situación económica precaria, ya sea debido a la pérdida de empleo, la quiebra de un negocio, o situaciones similares.
Establece un procedimiento legal que permite a los deudores liberarse de sus deudas después de cumplir con ciertos requisitos y procesos establecidos por la legislación. Estos requisitos pueden incluir la liquidación de activos, la creación de un plan de pagos para deudas prioritarias, y la participación en programas de asesoramiento financiero.
En resumen, esta legislación busca ofrecer a las personas endeudadas una segunda oportunidad para reconstruir sus vidas financieras, permitiéndoles liberarse de la carga abrumadora de las deudas y comenzar de nuevo.
¿Cómo se tratan las deudas en caso de divorcio en esta ley?
Debemos entender que el estar acogido a la Ley de Segunda Oportunidad no va a impedir que puedas iniciar un proceso de divorcio. De hecho, suele ser común que los problemas financieros, uno de los requisitos para poder acogerse a esta ley, acaben en divorcio debido a una falta de acuerdos entre los miembros de la pareja.
También puede ocurrir que cuando te acojas a la ley ya estés atravesando un periodo de divorcio y separación que todavía está en trámites, pero que se ha iniciado antes de beneficiarte de la Ley de segunda oportunidad.
Sea cual sea la situación, primero hay que saber cuál de los dos miembros de la pareja es titular de cada deuda, para lo que precisáis saber la suscripción formal de la misma y para qué se utilizó el dinero. Esto último es necesario ya que, aunque solo un miembro de la pareja haya pedido el préstamo, puede que el gasto para el que se destinó fuera común, lo que hace que sea una obligación solidaria para ambos.
Régimen ganancial o separación de bienes, ¿cómo afectan en este caso?
Otro factor a tener en cuenta es si esas deudas están en régimen de gananciales o si, por el contrario, ha habido separación de bienes, ya que no afecta de la misma forma.
Si al casarte has decidido tener un régimen de bienes gananciales y el divorcio todavía está en proceso de trámite, ambos cónyuges debéis presentar una solicitud conjunta para aplicar a la Ley de Segunda Oportunidad, de la misma manera que haríais si estuvierais casados. Esto implica que ambos os hacéis responsables de las mismas obligaciones, de forma conjunta.
Sin embargo, si ha habido separación de bienes en el momento del matrimonio, cada miembro de la pareja es responsable directo de sus propias deudas, sin tener que responder por las obligaciones del otro. Por lo tanto, la solicitud de la Ley de Segunda Oportunidad debes hacerla de forma individual y no conjunta, como en el caso del régimen de gananciales.
¿La Ley de Segunda Oportunidad puede perjudicar a algún miembro de la pareja?
En ocasiones, ocurre que uno de los cónyuges se ve afectado por la solicitud del otro a esta ley.
Imagina que, por ejemplo, sólo uno de los miembros de la pareja se acoge a la Ley de Segunda Oportunidad. En ese caso, la persona o compañía que reclama la deuda, al no poder ir contra la persona beneficiada por esta ley, emprenderá acciones legales contra el otro miembro de la pareja ya que se habrá convertido en el deudor solidario.
Esto puede ocurrir, ya que es posible que uno de los cónyuges no se entere de que el otro ha solicitado la Ley. Por eso es de vital importancia que, si estás en alguno de estos casos, consultes con un abogado experto en la Ley de Segunda Oportunidad, que te guiará en el proceso y te dirá cómo debes actuar en caso de que el estado de tus deudas se vea afectado por un divorcio.
Lo importante es saber que el proceso de divorcio, tanto si tienes un régimen de gananciales como separación de bienes, es totalmente compatible con la Ley de Segunda Oportunidad, y que debes ayudarte de un abogado especialista que te asesore y te permita tomar una decisión informada sobre el futuro de tus finanzas.