Lo que diferencia principalmente las tarjetas de crédito o débito de las tarjetas revolving es su funcionamiento y finalidad. Las tarjetas revolving tienen un aspecto similar a otras tarjetas, ambas son un instrumento de pago que permite aplazar el pago de las compras y son emitidas por entidades bancarias.
La aparente similitud entre una tarjeta revolving y una tarjeta de crédito es lo que hace que a muchos consumidores les resulte complejo diferenciarlas. Veamos las características de cada una de ellas y cómo aprender a diferenciarlas.
Diferencia entre tarjeta de crédito y revolving
La principal diferencia entre tarjetas revolving y tarjetas de crédito es que con las tarjetas “convencionales” el consumidor abona la totalidad de su deuda un día estipulado en el contrato, generalmente al final de cada mes. Sin embargo, la tarjeta revolving permite el pago a plazos de la deuda mediante una cuota fija mensual y cuentan con un tipo de interés muy elevado, considerados usura por el Tribunal Supremo. Así pues, puede concluirse que la tarjeta común es una forma de financiación, mientras que la tarjeta revolving funciona como un préstamo personal.
Por otro lado, con las tarejtas revolving la deuda se renueva cada mes o cada plazo de pago, aumentando la cantidad de deuda pendiente de pago junto a los intereses y comisiones con cada mensualidad. Esto hace que cuanto más tiempo tenga el consumidor la tarjeta en su posesión, mayor será la deuda. En la tarjetas de crédito la deuda no se acumula, el consumidor abona el gasto realizado junto a los intereses en la fecha acordada.
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