La Ley de la Segunda Oportunidad en España ha surgido como una herramienta crucial para aquellos que se encuentran en situaciones financieras insostenibles. Esta normativa permite a las personas físicas reestructurar o cancelar sus deudas, ofreciéndoles una oportunidad de comenzar de nuevo sin el lastre de obligaciones económicas imposibles de afrontar. En este contexto, surge la pregunta: ¿Puedo acogerme a la Ley de la Segunda Oportunidad (de aquí en adelante LSO) si trabajo?
Esta cuestión es fundamental para entender las condiciones y requisitos necesarios para acceder a los beneficios de esta ley, así como para desmitificar las percepciones erróneas sobre la compatibilidad entre el empleo y la elegibilidad para este mecanismo de alivio financiero.
¿Puedo acogerme a la LSO si tengo ingresos?
La respuesta es sí. A menudo se piensa que un trabajo estable impide hacer uso de este recurso, pero no es así. Al contrario, la LSO está diseñada para ayudar a quienes necesitan liberarse de deudas insostenibles y tener un “nuevo comienzo”.
De la misma manera, hay una idea errónea de que acogerse a esta legislación implica que se confisque cualquier ingreso. Al contrario, la normativa considera que el deudor pueda satisfacer las necesidades básicas de su familia. Incluso es preferible que se sigan obteniendo fondos, ya que les ofrecerá más opciones para pagar sus deudas.
En resumen, la Ley de Segunda Oportunidad:
- Está dirigida a personas físicas, autónomos y empresarios que se declaren insolventes.
- No implica un cese de las actividades laborales ni la confiscación total de los ingresos.
- Si aún se obtienen fondos a partir de la actividad, se podrán establecer mejores planes de pago y así aliviar las restricciones.
- Puede implicar un plan de pagos realista, aunque en los casos más extremos, puede implicar también la liquidación de activos.
¿Cuándo se considera que soy insolvente?
Si bien muchos creen que ser insolvente implica que no se tiene ningún tipo de ingreso y, por lo tanto, no existe ninguna manera de pagar las deudas, esto no es del todo así.
Según el artículo 2.3 del Texto Refundido de la Ley Concursal:
«La insolvencia podrá ser actual o inminente. Se encuentra en estado de insolvencia actual el deudor que no puede cumplir regularmente sus obligaciones exigibles. Se encuentra en estado de insolvencia inminente el deudor que prevea que dentro de los tres meses siguientes no podrá cumplir regular y puntualmente sus obligaciones»
Artículo 2.3 TRLC (BOE-A-2020-4859)
¿Qué quiere decir esto? Lo que define si una persona puede solicitar la LSO no es cuánto cobra (o si cobra), sino su capacidad de pago. Para ello, se consideran también el resto de gastos, no sólo de la empresa sino también familiares y personales. Por ello, aunque tengas ingresos, aún puedes acogerte a la ley.
¿Puedo mantener mi negocio con la Ley de Segunda Oportunidad?
No solamente es posible, sino que es deseable que mantengas tu negocio al acogerte a esta ley. Como hemos vimos antes, no es necesario liquidar todos tus bienes para enfrentar tus deudas. La legislación permite conservar activos empresariales e incluso sostener la actividad y el flujo de ingresos, siempre que sea viable.
La LSO ofrece la exoneración parcial o total a partir del establecimiento de un plan de pagos. Esto implica que no será necesario liquidar el patrimonio personal para cubrir deudas. Así, la persona protege su vivienda y los bienes indispensables para la actividad laboral. Además, la normativa permite saldar deudas con Hacienda y Seguridad Social.
Para ampararse, entonces, será necesario que cumplas con algunas condiciones:
- Certificar que eres insolvente: debes demostrar que tu negocio no puede cumplir con sus obligaciones de pago.
- Presentar un plan: es importante que definas cómo y en qué plazos pagarás tus deudas.
- Vivienda y activos empresariales: podrás conservar tu hogar, tu negocio y los bienes indispensables del mismo.
- No contar con antecedentes penales socioeconómicos en la última década.
Es importante que tengas en cuenta que el plan deberá ser aprobado tanto por el juez como por tus acreedores. Dependiendo de la viabilidad y de la situación financiera en que te encuentres, este puede incluir la reestructuración del negocio o incluso la reducción de la plantilla.
¿Qué más tengo que tener en cuenta para beneficiarme de la Segunda Oportunidad?
- Busca asesoramiento: un abogado experto en la Ley de Segunda Oportunidad puede guiarte en cada paso, para ayudarte a cumplir con todos los requisitos y así tengas más posibilidades de éxito. Será un profesional clave en tu defensa como deudor.
- Prepara un plan de viabilidad detallado: incluye proyecciones, estrategias de marketing, análisis de mercado y cualquier otro recurso que demuestre que tu estrategia es sostenible.
- Negocia con tus acreedores: trata de conseguir acuerdos que faciliten el pago, como reducción del monto, extensión de plazos o actualización de intereses. Si tienes un abogado especialista que te guíe en este proceso, es probable que pueda ayudarte, ya que la negociación es clave en el derecho mercantil.
- Cumple con tus obligaciones: asegúrate de estar al día con el pago de la Seguridad Social y evitar cualquier complicación fiscal.
- Reestructura si es necesario: si bien puede sonar complejo, muchas veces esta estrategia es la única posible para mantener el negocio a flote.