En un mundo donde los préstamos, hipotecas y deudas personales son parte de la vida cotidiana, no es inusual encontrarse en una encrucijada financiera en la que pagar estas obligaciones se vuelve abrumador. Los imprevistos, cambios en las circunstancias económicas o simples dificultades financieras pueden llevar a la pregunta que muchos temen: "¿Qué pasa si no puedo pagar un préstamo, hipoteca o deuda personal?"
El estrés relacionado con las deudas y los préstamos puede ser agobiante, pero es fundamental comprender que no estás solo. En momentos de dificultades financieras, es crucial conocer tus derechos, entender las implicaciones de no poder pagar tus deudas y, lo que es más importante, buscar las soluciones adecuadas. En estos casos, siempre es aconsejable contar con el asesoramiento de un abogado bancario que pueda ayudarte con la gestión de la deuda.
A lo largo de este artículo, abordaremos las diferentes consecuencias que puede tener el impago (o el pago tardío) de un préstamo personal, una hipoteca o una deuda.
¿Cuáles son las consecuencias de no pagar un crédito personal?
Por norma general, los bancos, antes de conceder a una persona un crédito personal, comprueban su capacidad crediticia y de endeudamiento de cara a no correr riesgos de impago innecesarios.
No obstante, aunque hayas pasado los filtros de la entidad, puede que sufras un imprevisto económico como puede ser un gasto repentino de una cantidad elevada de dinero o un despido. En esta situación, puede que no consigas hacer frente a la deuda del préstamo personal. ¿Qué ocurre entonces?
En primer lugar, la entidad financiera te va a informar, ya sea a través del correo ordinario o de una llamada telefónica, de ese impago que se está produciendo. En caso de que sigan sin recibir el dinero, te seguirán avisando unos meses más hasta que, sobre el tercer y el sexto impago, procederán a reclamar ese dinero por la vía judicial.
Debes tener en cuenta que, cuando pedimos un crédito personal, nuestra garantía son los bienes que poseemos en el momento de adquirir el préstamo, pero también los futuros bienes que podamos adquirir. Por lo tanto, si el impago se prolonga en el tiempo, al final sufriremos un embargo de esa garantía, es decir, de nuestros bienes.
Somos conscientes que cualquier préstamo personal tiene unos intereses ordinarios. En cambio, desde la primera cuota que no pagas, el banco aplica los llamados intereses de demora, que son de una cantidad más elevada que los intereses comunes. Cuantos más plazos estemos sin abonar la deuda, más crecerá ésta junto a los intereses de demora.
Puede que en tu caso hayas necesitado a un avalista para que te concedieran el préstamo personal. En este caso, si se produce un impago, podrían embargar los bienes de esa persona que se ofreció como aval.
Lo primero que suelen embargar es el dinero de la cuenta corriente del deudor. En cambio, si la deuda es de mucha cantidad, pueden embargar tu vivienda, tu vehículo o incluso tu pensión. Además, tu nombre formará parte de ASNEF (Asociación Nacional de Establecimiento Financieros de Crédito), más conocida como la lista de morosos, lo que te hará más complicado optar a otro crédito más adelante.
¿Cuáles son las consecuencias de no pagar a tiempo?
Como hemos dicho antes, hay ciertas situaciones que pueden suponer una dificultad a la hora de hacer frente a un pago, y en ocasiones, estas situaciones ocurren de repente y sin márgen para una correcta planificación financiera.
La cantidad a deber será cada vez mayor ya que se aplican los intereses de demora que son más elevados que los comunes e irán aumentando cada vez más mientras siga existiendo el impago.
¿Qué pasa si no puedo pagar mi hipoteca?
El caso de las hipotecas no dista mucho de los préstamos personales, ya que además de unos intereses de demora, tu nombre también aparecerá en ASNEF, así como en otros ficheros de morosos como son RAI (Registro de Aceptaciones Impagadas) o CIRBE, que es la Central de Información de Riesgos del Banco de España.
Además, en el caso de los créditos hipotecarios, si el retraso de pago es igual o superior a tres meses, la entidad financiera puede poner en marcha una ejecución hipotecaria. Este proceso permite a la entidad que ha concedido la hipoteca desalojar al deudor de la vivienda y venderla, recuperando así el dinero y saldando la deuda de forma definitiva.
En cuanto a los alquileres, si el inquilino no paga y se endeuda, el propietario de la vivienda puede resolver el contrato y acudir a la Policía para que ésta proceda al desahucio del deudor.
Si quieres conocer más acerca de derecho bancario, o estás en una situación económicamente vulnerable y estás considerando una renegociación de deuda, te recomiendo que contactes con un abogado experto en derecho bancario que pueda estudiar tu caso en detalle y aconsejarte de la mejor forma.
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