El Ministerio de Industria ha iniciado los trámites para poner en marcha un proyecto para fomentar la jornada laboral de cuatro días (o 32 horas laborales) sin pérdida del sueldo. Este plan, que ha sido sacado a consulta pública, está dotado con un presupuesto de 10 millones de euros, que será destinado a la entrega de ayudas a las empresas que se adhieran al programa.
Unas 150 empresas se beneficiarán de esta nueva medida. La propuesta inicial contempla ayudas a las compañías de entre 2.000 y 3.000 euros por trabajador. Estas ayudas buscan incentivar una mejor inversión de los procesos internos y financiar el impacto que pueda tener la reducción de la jornada en las empresas, hasta lograr adaptarse.
¿Qué implica la reducción de jornada?
Los primeros datos sobre la reducción de la jornada laboral a cuatro días revelan un aumento de la productividad, el bienestar laboral de los empleados, la disminución de los gastos (electricidad, agua…) y una mejora en materia medioambiental. De forma mayoritaria las compañías pioneras en implantar este modelo de reducción de jornada son tecnológicas, con facilidades para adaptarse a estos cambios en la organización. Sin embargo, no todas las empresas, y en especial las pymes, tienen la capacidad para integrar esta medida actualmente.
El Estatuto de los Trabajadores (artículo 34) establece que “la duración máxima de la jornada ordinaria de trabajo será de cuarenta horas semanales de trabajo efectivo de promedio en cómputo anual”. El texto prevé la posibilidad de pactar la jornada laboral mediante convenios colectivos o en los contratos laborales. Este proyecto del Gobierno para reducir la jornada laboral a cuatro días o a 32 horas podría suponer una modificación de las condiciones laborales establecidas en el Estatuto de los Trabajadores.
La propuesta supone el uso de ayudas públicas para compensar la parte no trabajada de las empresas. El objetivo es obtener unos resultados de productividad empresarial positivos para lograr la autogestión en el futuro. Sin embargo, aún se desconoce si este modelo de trabajo supondría una reducción del salario de los trabajadores. Actualmente cada vez son más compañías las que han modificado su régimen laboral, como Telefónica, Desigual o Consum. No obstante, algunas de estas empresas “pioneras” han adoptado este nuevo sistema implicando la reducción salarial de sus empleados.
Fuera de España ya son muchas las empresas que han implantado esta nueva jornada laboral con resultados positivos en países como Suecia (Toyota) o Japón (Microsoft), entre otros. Además, países como Reino Unido o Bélgica están poniendo en marcha programas para reducir su jornada a cuatro días.
En España continúa habiendo un vacío por esta hipotética reforma. Sin embargo, las medidas a tomar tienen que ser claras y deben constar en los convenios colectivos, sin perjudicar los derechos conseguidos por los trabajadores y poder evitar así conflictos laborales en el futuro.